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La vida cotidiana se manifiesta como la sucesión de actividades realizadas de manera habitual por el individuo,  el día a día no es más que el repertorio de nuestros quehaceres.

 

Son muchas las situaciones en las que las personas tienen que realizar tareas domésticas que exigen una posición erguida durante un tiempo prolongado, ya que es la forma más eficaz de realizarlas. Estas posturas supunen tensiones y esfuerzos musculares para personas con dificultades físicas, el riesgo aumenta cuanto más forzada es la postura y cuanto menor es el apoyo. Algunas tareas que presentan este factor de riesgo son: lavar platos, trocear o preparar alimentos, planchar, cocinar etc.

 

La solución a esta necesidad es un apoyo isquiático doméstico regulable en altura, este elemento permite el descanso de las personas sin necesidad de tener que sentarse e incorporarse. Estos apoyos permiten recobrar la posición erguida fácilmente y son una oportunidad de reposo para personas ancianas o con discapacidad física.

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